«Yo no sabía que los hombres también podían bailar ballet, hasta que vi la película “Step Up” y me impresionó mucho. Estuve averiguando en dónde podía empezar a tomar clases y me hablaron de la Escuela Municipal de Danza. Hice una audición para ingresar y no lo logré. Me dijeron
“A temprana edad supe que quería bailar Ballet. Quizás fue porque mi hermana recibía clases de Jazz o porque vi la película de Billy Elliot. Tenía 6 años cuando le dije a mi mamá que quería empezar a tomar clases. A ella le pareció extraño por el tabú de que
“Desde pequeño he sido influenciado por la actividad física y por las artes marciales. Mi papá es Sen Sei en Karate Do y mi abuelo fue modelo para la estatua de Tecún Umán en Xelajú. Fue el primero en construir un gimnasio aquí en Guatemala. A los 5 años empecé
«Mi primer acercamiento con la danza fue a los 12 años. Inicié haciendo danzas en pequeñas obras de la iglesia. Tengo una tía que en ese entonces estudiaba danza y ella me motivó a aprender un poco más.
A los 16 años ingresé a la Escuela Municipal. En un principio
Desde pequeño crecí dentro de mi propia burbuja. Contaba las horas para salir del colegio e irme a bailar. Quizás por estar encerrado en mi mundo no me tomé en serio el bullying que recibí de mis compañeros. A los 12 años inicié en un grupo infantil de la iglesia.
“Dicen que la danza, como definición, consiste en realizar movimientos corporales al ritmo de la música. Pero luego descubrí que también puedo moverme sin ella. Es un privilegio tener la posibilidad de bailar como si el mismo cuerpo fuera mi instrumento.
Yo siempre fui alguien al que le gustaron mucho los

















